Por Hassan Achahbar
El 6 de octubre, el portal brasileño “Guiame” se unió a la fiesta, celebrando con otros digitales en español e inglés vinculados al evangelismo, la estrepitosa derrota electoral de los islamistas marroquís, en el poder durante los últimos diez años, y su sustitución por un gobierno de signo liberal.
Apoyándose en publicaciones como Protestante Digital, Christianity Today y Evangelical Focus, el portal brasileño reporta testimonios de miembros de una “comunidad de los cristianos en Marruecos”, dando las “gracias a Jesús” y alegrándose por la victoria del Reagrupamiento Nacional de los Independientes y otros partidos que “comparten los mismos principios y valores”.
“Damos gracias a Jesús, los islamistas se han ido. Dios ha respondido a nuestras oraciones y ahora tenemos el gobierno que queríamos”, asegura un cierto Imounan, que vive en Agadir y presentado como “plantador de iglesias”.
Más que confiados, parecen muy decididos a ir mucho más lejos: “Akhannouch es un hombre de negocios. No le importa si adoras al sol o a la luna. No te perseguirá”, opina otro evangélico de “segunda generación”, de los que se “reúnen en secreto” y que no tienen “deseo de pedir licencias al gobierno”.
Cada cual sus santos adorados. A veces, sin embargo, la adoración raya en lo satánico. Vale la advertencia de que en Brasil, por ejemplo, los llamados “protestantes evangélicos”, que se diferencian de los fieles de las históricas Iglesias protestantes reformadoras, son fanáticos y actúan peor que los talibanes.