Por Hassan Achahbar
El ministro venezolano de relaciones exteriores, Félix Plasencia, recibió el viernes al nuevo embajador de Argelia en Caracas, Abdelkader Hadjazi, quien le hizo entrega de sus copias de estilo, apenas llegado al país sudamericano.
En la víspera, escribí que Venezuela trata a los jefes de misión diplomática argelinos con condescendencia y cierta pleitesía, sobre todo desde que el presidente Nicolás Maduro y la “Primera Combatiente” (Primera dama), Cilia Flores, les tomaron el gusto a sus recurrentes viajes a Argel.
Confirma esa largueza de las autoridades de Caracas la celeridad con que se han movido los altos funcionarios de la Casa Amparilla para atender al enviado argelino, lo que pone de manifiesto que algo urgente se estaría tramando entre las dos dictaduras y denlo por seguro que no será nada positivo.
Según una nota de prensa de la cancillería, el ministro Plasencia recibió al embajador Hadjazi en un encuentro protocolar realizado en presencia del viceministro para África, Yuri Pimentel y ambos “intercambiaron breves impresiones sobre geopolítica internacional y las excelentes relaciones de cooperación y solidaridad consolidadas entre ambos países”.
El diplomático argelino llegó a Caracas el martes 6 de diciembre, en medio de un impresionante despliegue informativo como se tratase de un evento de extraordinaria relevancia para el país y un asunto de especial trascendencia internacional. Fue a darle la bienvenida la directora general para África, María Valero.
También ese día, la cancillería venezolana informó que “Abdelkader Hadjazi, arribó a Caracas, en función de mantener y consolidar las excelentes relaciones de cooperación y solidaridad construidas por los gobiernos de ambos países”.